miércoles, 12 de marzo de 2008

EL BOSQUE GUAJATACA




Se levanta el Sol en el horizonte, la bruma espesa se dispersa huyéndole a los primeros rayos luminosos que salen chispeantes del cielo. Zumbaba el viento, los helechos arborescentes chorreaban las gotas de rocíos que habían capturado por la noche.
La fauna con su algarabía, alegra el amanecer. El Coquí descansa luego de cantarle sus más bellas melodías a la noche que se esconde. El pájaro carpintero, con gran esmero trabaja, picoteando el Roble. El Flamboyán deja caer sus flores rojas para alfombrar el sendero. El Falcón, muy alto sobre la tupida vegetación del bosque, inicia su vigilancia. El Zumbador, nervioso y escurridizo, se suspende con sus alas para sacarle a la flor de la pomarrosa su dulce néctar.
Así comienza el día en el Bosque Guajataca. Dos mil trescientos cincuenta y siete (2,357) cuerdas de terrenos entre los barrios de Llanadas, Galateo Alto y Planas. El bosque tiene una altura promedio de mil pies sobre el nivel del mar. El punto más alto es el Cerro de la Bandera. La temperatura es bien agradable. El Bosque es patrimonio nacional administrado por el Departamento de Recursos Naturales. Una estrecha carretera atraviesa el bosque conectándonos con el Poblado de Planas. El Bosque Guajataca es un ecosistema natural de inmenso valor biológico. Está clasificado como bosque húmedo subtropical. La precipitación pluvial promedio anual es de setenta y cinco (75) pulgadas. El suelo lo comprenden piedras calizas debido a la topografía cársica tropical, colinas subcónicas, mogotes y sumideros. En el existen dos tipos de vegetación: una perteneciente al área de los mogotes (76%) y la otra a los sumideros (24%). Tiene un total de ciento ochenta y seis (186) especies de árboles de los cuales ciento cincuenta y seis especies (156) son nativos, siete (7) son introducidos y veintitrés (23) son endémicos. De las ochenta y cinco (85) familias que se encuentran en la isla de Puerto Rico cincuenta y uno (51) están representadas en este bosque.
Las sistemas de veredas del bosque fueron construidos entre 1930 y el 1940 y se entrelazan entre sí, lo que representa el atractivo principal de este entorno campestre.
Durante el recorrido por las veredas, observarán los troncos lisos y esbeltos de los árboles de caoba, tecas, úcares, magas, cupeyes, palmas de sierra y algarrobos, provocando en ti sed de aventuras. Según te vas adentrando en las veredas del bosque, la madre naturaleza te lleva a lo más profundo de ti. El paisaje nos cautiva llevando nuestros sentidos a descubrir lo bello que es la vida y así satisfacer la sed de aventuras que nuestro ser anhela. El trayecto tiene una distancia de tres punto dos kilómetros, aproximadamente una hora y media.
Al llegar a la Cueva del Viento, el misterio te estremece al escuchar el susurrar de la brisa en tus oídos, diciéndote Guaraná (palabra taína que significa lugar para esconderse). El sudor corre por tu frente, el Guabá se esconde entre las hojas huyéndole a la Boa casi extinta que tímidamente se escurre entre la hierba. El Murciélago, mamífero común en el bosque, abre sus ojos a la expectativa de quien llega. La travesía no puede terminar sin llevar hasta la Torre de Observación, desde allí se puede apreciar el hermoso panorama de los mogotes. En el bosque habitan cuarenta y cinco especies de aves, veintiséis son residentes, once migratorias y ocho endémicas de Puerto Rico.
Cae la tarde, el sol se esconde tras el horizonte, las primeras estrellas aparecen en el firmamento. Las aves vuelan desesperadamente hacia sus nidos. El Falcón termina su vigilancia, dejándole el turno al Guaraguao que desde el cucurucho de la Ceiba, tiene su puesto de observación. La bandada de Pitirres Guatibirís esperan escondidos la señal de la Cotorra para el ataque…el bosque duerme bajo el abrigo penumbroso de la Luna y la melodía del coquí rompió el silencio.

¡Ven!
Disfruta un día con tu familia, entra en contacto con un entorno natural incomparable.

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por el mensaje